TRABAJO PRÁCTICO DE TECNOLOGÍA: ANÁLISIS DE OBJETOS
ALUMNA: VIRGINIA AGRETTI
El objeto que yo elegí para analizar es un paraguas (foto nº 1). Su función es, como su nombre lo indica, proteger de la lluvia a quien lo use. El mismo está compuesto por varias partes, pero las principales y más destacadas son el mango (foto nº 2), que a su vez tiene una empuñadura (foto nº 3) en la zona inferior y un mecanismo de resorte en la parte superior (foto nº 4); varios sostenes de alambre que van desde el centro a los extremos de la parte superior (foto nº 5); y un “techo” de tela o lona que es el que cubre a los usuarios del agua, y está sostenido por los sostenes metálicos antes mencionados. Tanto el techo como la mayor parte de la empuñadura son de color negro, y las partes metálicas están esmaltadas de plateado.
ANÁLISIS MORFOLÓGICO Y FUNCIONAL:
El paraguas es un objeto de uso exterior y cotidiano. No requiere ninguna fuente de energía, además de un mínimo de fuerza de quien lo utiliza. Su acción y funcionamiento son muy sencillos y conocidos, sino deducibles, por lo que no requiere de ningún tipo de manual de instrucciones. Su uso no genera repercusión alguna en el medio ambiente, pero si se lo desecha sí se vuelve contaminante, ya que no es biodegradable, de todos modos, está diseñado como un objeto de larga duración. El tamaño del mismo respeta las características ergonómicas generales, y es un objeto de suma utilidad, que además es cómodo y de fácil traslado.
El paraguas es un objeto compuesto. A continuación se analizan individualmente cada una de las partes de la estructura que más se destacan (mango y “techo” de tela).
MANGO: Predomina la forma lineal, que es recta en su mayor parte, y en la zona inferior se curva formando una línea semicircular que funciona como empuñadura. El tubo es de un material metálico, plateado (esmalte artificial) y liso, aunque en la mitad inferior (está dividido en dos) presenta hendiduras que permiten que el sector inferior del tubo se introduzca en el sector superior al cerrar el paraguas, reduciendo su tamaño para transportarlo más fácilmente; y tiene algunos sectores dentados que funcionan como trabas para mantener el paraguas abierto o cerrado, según el caso.
La empuñadura es de plástico color negro, y tiene una textura rugosa generada por líneas incisas. Tiene además un botón que, al presionarlo, acciona el mecanismo que abre el paraguas.
En el extremo superior del tubo hay un mecanismo de resortes que permite abrir y cerrar el paraguas manualmente. Uno de ellos está sostenido entre dos sujetadores plásticos anulares que, al cerrar el paraguas, se deslizan sobre el tubo metálico y se unen, ya que el resorte que está entre ellos se contrae. Los sujetadores, a su vez, están unidos a los sostenes de alambre extensores, que se flexionan cuando los sujetadores anulares se deslizan sobre el tubo, permitiendo cerrar el paraguas y reducir su tamaño. El otro de los resortes no forma parte del mango, sino que está sujeto al centro del “techo”. Este resorte cumple la función de frenar gradualmente los sujetadores que ascienden automáticamente al presionar el botón que está en la empuñadura.
TECHO: Es una superficie cóncava desplegable. Su función es propiamente la de proteger de la lluvia a quien usa el paraguas. Cuando el paraguas está abierto, la misma forma un octógono convexo, que se mantiene extendido gracias a los extensores de alambre, que funcionan como nervaduras que van desde el centro de la superficie hacia cada una de las puntas.
ANÁLISIS TÉCNICO:
En la elaboración del paraguas intervienen esencialmente tecnologías mecánicas (en la construcción y ensamblado de las partes) y químicas (en el esmaltado de las partes de metal).
MANGO: El tubo, los resortes y los extensores son de metal (acero), ya que es un material seguro, resistente y liviano. La empuñadura y los sujetadores son de plástico, otro material resistente, que permite la inserción de otros elementos al momento de la fabricación del paraguas; en este caso, los extensores alámbricos (en el tubo), y una micro estructura en el interior de la empuñadura, de la cual sobresale el pequeño botón cuadrado que acciona el mecanismo que abre el paraguas.
TECHO: Está formada por un entramado muy cerrado de fibras sintéticas, en este caso coloreadas de negro, armonizando con la empuñadura y los sujetadores móviles (también de color negro); aunque en otros casos puede llegar a ser transparente, de otros colores o estampada. Las fibras empleadas son un material que impide el paso del agua, y es muy liviano y maleable, lo que hace que el paraguas sea práctico y cómodo.
ANÁLISIS ECONÓMICO:
Este paraguas es un producto económico desde el punto de vista tanto del productor como del comprador. En el primer caso, porque los materiales utilizados son pocos y de bajo valor; además, su construcción no requiere prácticamente de costos en mano de obra, ya que no se necesita contratar especialistas o artesanos, debido a que se produce en serie: en cantidad y mediante el uso de máquinas. Es además un diseño clásico y sencillo, que se adapta a todas las edades y tipos de personas, por lo que hay más posibilidades de venta.
Comercialmente este paraguas es también un producto relativamente económico para el comprador, si se tienen en cuenta los precios de otros paraguas y la vida útil del mismo. Su precio en el momento de la compra (hace uno o dos años), fue de aproximadamente $15 o $20.
ANÁLISIS SOCIOLÓGICO:
Este producto ayuda a mejorar la calidad de vida de sus usuarios, ya que, si bien no interviene en la alimentación, vestimenta, etc., de los mismos, protege de la lluvia, el viento y el frío, incluso en algunos casos es llamado “sombrilla” o “parasol” porque se lo usa también para protegerse de los rayos solares.
Aunque en algunos casos dos a más personas compartan un mismo paraguas, es un producto diseñado para el uso individual. Ni el producto en sí ni los materiales que lo componen son reciclables como lo son el papel, vidrio, etc., pero siempre hay maneras de aprovechar las materias de desecho para no contaminar.
ANÁLISIS HISTÓRICO:
El uso de este instrumento, antiquísimo en China y la India, no fue introducido en Europa hasta el siglo XVII. En un principio sólo les era permitido llevarlo a las mujeres, pasando después a ser atributo de la burguesía.
Antiguamente, en China, Egipto, África y en las culturas griegas, romanas, y asirias, usaban el quitasol, la sombrilla, pero no el paraguas. Aunque en inglés se use la misma palabra son dos utensilios distintos, con dos usos distintos, es decir: son conceptos distintos. El paraguas ha de ser ineludiblemente impermeable, sin agujeros y suficientemente amplio. Se creó el paraguas en Europa, que era un lugar muy lluvioso, donde la sombrilla, (utensilio que se usaba para evitar que el sol “moreneara” a los superflua nobleza asemejándola a los menospreciados campesinos), estaba cambiando de uso, siendo el benévolo utensilio para el lógico y útil uso de protegerse contra la lluvia.
En 1730 se incorporaron los tejidos impermeables, que constituyeron un gran avance en la historia del paraguas. Pero en aquella fecha aún faltaban las características varillas plegables, que se crearían en el siglo siguiente, también en Europa.
Alrededor de 1800, los paraguas pesaban 10 libras (unos 4 kilos y medio), ya que su estructura era de madera y hueso de ballena. En 1852, el inglés Samuel Fox inventó la estructura de acero, poniendo fin así al pesado paraguas de casi 5 kilos, que era tan difícil de manejar.
Actualmente los paraguas son objetos económicos, prácticos y cómodos, debido a su útil sistema de varillas plegables y a lo fácil de su traslado. Además, existen paraguas de diversos diseños, tamaños y colores, a pesar de que originalmente todos eran de color negro.*
*El texto original fue obtenido de http://es.wikipedia.org/wiki/Paraguas, pero luego fue editado.
ANÁLISIS ESTÉTICO:
En este caso, el diseño del objeto es clásico y poco elaborado, por lo que no juega un papel demasiado determinante al momento de su elección. No presenta ningún rasgo que se destaque, no tiene un color llamativo ni estampados que puedan atraer demasiado la atención. Esto puede jugar tanto en contra como a favor de la compra del mismo, ya que esto depende de las preferencias personales del consumidor: si se busca algo clásico, sencillo, este paraguas es cumple los requisitos; pero si se busca que tenga un diseño distintivo o colorido, este objeto no es el adecuado.
Su estructura es puramente práctica, no se busca tampoco llamar la atención desde este punto. Sus partes están dispuestas simplemente para cumplir su finalidad, y no para destacarse.
Superficialmente tampoco hay una búsqueda de texturas, aunque en la empuñadura sí puede apreciarse una textura generada a conciencia (facturada).
VIRGINIA AGRETTI
